Había un gato que vivía en una casa, feliz
y tranquilo, hasta que un día llego a la casa un ratón. Desde ese día el gato
no podía dormir ya que su único objetivo era atrapar al ratón para así
comérselo. Pasaban los días y el gato no podía atraparlo. El ratón hacía de las
suyas en la casa, donde se comía y se llevaba su queso del gato. Al no poder
atrapar al ratón el gato decide dejar de atraparlo. Es donde el gato decide que
lo mejor sería que sean amigos, para así pueda compartir su alimento. Después
de ese día, los dos Vivian felices jugando, haciendo travesuras.
ELABORADO POR: BENGY HUAMANI ANCCANA
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